domingo, 31 de julio de 2011 0 comentarios

Sinforosa


El silencio duerme en tu cama,
el pasado se esconde en el ropero,
testigos mudos cuelgan de las paredes.
todo está cubierto con el polvo de tu ausencia.
Trato siempre de evitar tu recuerdo,
Pero una sombra se asoma por la ventana.
Tu muerte lenta,
anunciada.
Sabia que te irías,
Tu lo sabias también.
Una pregunta incómoda,
–Si, siempre te querré.
viernes, 29 de julio de 2011 0 comentarios

Guión dramático de ficción - Mis XV años


OP
AMBIENTE DE MERCADO. COMERCIANTES OFRECIENDO SUS PRODUCTOS. GALLINAS. COCHES PASANDO.
DOÑA LUPE
(CANSADA Y UN POCO AGITADA) Frijoles…Cebolla…Maíz…¿Qué mas falta Rosita?
ROSITA
(PENSATIVA) Pues yo creo que ya nada ma.
DOÑA LUPE
(UN POCO AGITADA) ¿No tienes sed?
ROSITA
(CANSADA) Si, ma. Mucha…
DOÑA LUPE
Pues vamos por unas aguas.
ROSITA
(FELIZ) ¡Pues vamos!
OP
AMBIENTE DE ZÓCALO, GENTE PASEANDO Y PLATICANDO. PAJARITOS CANTANDO. ORGANILLO TOCANDO. FONDEA.
NARRADOR
Rosita era una niña de tan sólo 14 años, que en sólo tres meses cumpliría sus 15 años, pero Rosita era muy pobre para tener una fiesta de quince años, vivía en una casa de lamina y sus padres se ganaban la vida echando tortillas y criando puercos. No había terminado la primaria, ya que no alcanzaba el dinero, así que pasaba sus días ayudando a su mamá a echar tortillas y a ayudar en los labores de la casa.
OP
SUBE AMBIENTE Y FONDEA DE NUEVO.
DOÑA LUPE
Me da dos de limón.
VENDEDOR DE AGUAS
Son 15 pesos señito.
DOÑA LUPE
Aquí tiene, gracias.
NARRADOR
Pero eso no importaba tanto, Rosita era feliz tan sólo soñando con bailar un vals vistiendo un gran y esponjoso vestido de quinceañera, con todas las miradas puestas sobre ella y con un gran pastel cubierto de merengue. Total, soñar no cuesta nada.
OP
AMBIENTE DE ALMACEN POPULAR. MUSICA NORTEÑA. GENTE MURMURANDO.
ROSITA
(EMOCIONADA) ¡Qué bonito vestido!
DEPENDIENTA
¡Pásele, pásele!. Lo que le guste sin compromiso de lo mostramos. ¡Pásele, pásele!
ROSITA
(EMOCIONADA)¿Y este amarillo? ¿Cuánto cuesta?
DEPENDIENTA
$1,500 señorita…¿Quiere probárselo?
ROSITA
(APENADA Y TRISTE) No, gracias…
DEPENDIENTA
Ándale, se te verá rechulo…
DOÑA LUPE
(SERIA) No, muchas gracias. (UN POCO ENOJADA) Vámonos Rosita…
OP
FADE OUT MUSICA NORTEÑA. FADE IN AMBIENTE DE PARADA DE AUTOBUS. AUTOBUSES ARRANCANDO. VOCERO ANUNCIANDO PARADAS. FONDEA.
DOÑA LUPE
(PREOCUPADA, TONO DULCE) ¿Rosita?...Mijita…¿Qué tienes?
ROSITA
(TRISTE Y DECEPCIONADA) Nada ma, no tengo nada… Es sólo que…(NO QUERIENDOLE DECIR) me gusto mucho el vestido de quince años que vi.
DOÑA LUPE
(TRISTE) Hay Rosita, tu sabes bien que…
VOCERO
¡Aguatlan! ¡Aguatlan! ¡Subale, súbale! ¡Aguatlan! ¡Próxima parada!
OP
GENTE SUBIENDO AL AUTOBUS. FADE OUT DE AUTOBUS ARRANCANDO. FADE IN AMBIENTE DE CAMPO. GRILLOS. VACAS MUJIENDO. PUERCOS HOZANDO.
DOÑA LUPE
(GRITANDO) ¡Rosita! ¡Rosita! ¿Ya le diste de comer a los puercos?
OP
NIÑA CORRIENDO.
ROSITA
(AGITADA) Ya mamá, ya les di de comer.
DOÑA LUPE
(ORGULLOSA) Gracias Rosita, me ayudas tanto mijita, que a veces quisiera poder darte todo lo que quieres, (TRISTE) así como ese vestido amarillo…
ROSITA
(TONO EMPATICO) No te preocupes ma, yo te entiendo..
OP
SUBE AMBIENTE. FADE IN AMBIENTE DE CASA, BRASERO, FUEGO ARDIENDO EN LEÑA. FONDEA
NARRADOR
Los días pasaron y el cumpleaños de Rosita llego.
ROSITA
(DESCONCERTADA) ¡Andrea! ¿Y mis papás?
ANDREA
(PENSATIVA, MINTIENDO) Este…Creo que fueron al pueblo.
Rosita se extraño mucho, ya que sus papás nunca iban a la ciudad entre semana y mucho menos descuidan sus labores por salir. El día pasó muy lentamente. La noche comenzaba a caer y los papás de Rosita no llegaban. Ese día no hubo vals, ni pastel, ni chambelanes y menos un vestido amarillo esponjoso.
OP
FADE OUT AMBIENTE DE CASA, FADE IN NOCHE, GRILLOS, CHICARRAS SONANDO. PERROS LADRANDO A LO LEJOS. FONDEA
ROSITA
(PREOCUPADA) Hay tu, mis papás aún no llegan, ya es retarde…
ANDREA
(PREOCUPADA) Si, Rosita, ya es tarde. Nunca habían tardado tanto.
OP
SUBE AMBIENTE.
NARRADOR
Los días pasaban y no tenían noticias de ellos, hasta que una tarde mientras Rosita alimentaba a los puercos, la vecina llegó con noticias de sus padres.
OP
FADE OUT AMBIENTE NOCHE, FADE IN AMBIENTE DE CASA, GALLOS, GALLINAS Y PUERCOS HOZANDO. FONDEA
DOÑA TENCHA
(ALARMADA) ¡Rosita! ¡Rosita!
ROSITA
(ASUSTADA) ¿Qué pasa Doña Tencha? ¿Qué pasa?
DOÑA TENCHA
(TRISTE, ALARMADA) Mija, enciende el radio…
LOCUTOR DE RADIO
(TONO AMARILLISTA) El pasado viernes se encontraron los cuerpos de dos personas; una mujer de 54 años y un hombre de 60, fueron identificados como Guadalupe Gonzales y Arnulfo López. Fueron encontrados en la barranca del Ahuahuete, ambos presentan impactos de bala en casi todo su cuerpo. El cuerpo de la mujer tenía curiosamente abrazado fuertemente una caja, en la cual se encontraba un vestido amarillo de quince años.
OP
SWITH AL APAGAR EL RADIO.
0 comentarios

Guión de adaptación literaria - Oliver Twist de Charles Dickens


OLIVER TWIST DE CHARLES DICKENS.
CAPITULO XII
OP
AMBIENTE DE MISTERIO. LLUVIA SUAVE. UN POCO DE VIENTO. PERROS AULLANDO A LO LEJOS. BARCOS A LO LEJOS. AMBIENTE A MUELLE. CAMPANA DE RELOJ QUE SUENA AL MARCAR LAS DOCE. FONDEA
NARRADOR
Quince minutos antes de la medio noche, un hombre y una mujer llegaron al puente de Londres, cada cual por su lado, y empezaron a moverse con toda clase de disimulos, si bien el varón se hundió muy pronto en las sombras, temeroso de ser descubierto.
OP
SUBE AMBIENTE DE FONDO. RUEDAS DE CARRUAJE SOBRE UNA CALLE EMPEDRADA
NARRADOR
Al cabo de un rato, se detuvo un carruaje en la cabecera norte del puente, y bajaron de él una joven y un caballero de pelo cano.
OP
PASOS DE MUJER ACERCANDOSE. SIGUE AMBIENTE. FONDEA
NARRADOR
Al verlos, la muchacha se dirigió hacia ellos. Un hombre alto, campesino al parecer pasó momentos después junto al trío, mirándoles. Una vez perdido en la oscuridad , la muchacha y sus amigos se aproximaron a las escaleras, ignorantes de que eran espiados a corta distancia por aquel presunto campesino.
CABALLERO
(EN TONO DE QUEJA) El domingo pasado vino usted. (TONO DE JUSTIFICACION/EXCUSA) Quiero hacerlo, pero me lo impidieron por la fuerza. Siempre que salgo de casa, he de administrar láudano a otra persona que vive conmigo, mas a veces no es posible.
SEÑOR BROWNLOW
(NO MUY CONVENCIDO) Está bien, no se preocupe. (TONO IMPERATIVO)Ahora escúcheme. (TONO SARCASTICO)Conozco la historia que ha contado usted a esta señorita, no le ocultaré que nuestro propósito es capturar al tal Monks. ¿Puede ayudarnos al respecto?
NACY
(TONO DE SEGURIDAD) Desde luego. (TONO PREOCUPADO) Pero siempre que Fagin y los demás no sufran daño alguno.
CABALLERO
(TONO DE SEGURIDAD) Descuide, sólo él pagará.
NARRADOR
A medida que la muchacha describía las características físicas de Monk, el señor Brownlow fue alterándose.
SEÑOR BROWNLOW
…y en sus labios muestra señales de sus propios dientes, ya que sufre…
(TONO TEMEROSO) Unos terribles ataques…
NANCY
(TONO TEMEROSO) Unos terribles ataques…(TONO TEMEROSO Y AVERGONZADO) Si. Y en el cuello tiene una gran mancha roja.
SEÑOR BROWNLOW
(INTERRUMPIENDO)(TONO SERIO)…parecía una quemadura
NANCY
(TONO DE CURIOSIDAD) ¿Acaso le conoce usted?
OP
ENTRA AMBIENTE DE NUEVA Y FONDEA
SEÑOR BROWNLOW
Creo que sí, de todos modos, continúe , por favor.
OP
AMBIENTE DE BAR. GENTE TOMANDO. BOTELLAS DE CRISTAL CHOCANDO ENTRE SI.
NARRADOR
La muchacha detalló sus hábitos y reacciones, los lugares que frecuentaban, con especial mención de la taberna “Los Tres Cojos”, al acabar rechazó nuevamente las posibilidades de redención y el dinero que le ofrecían.
OP
ENTRE AMBIENTE DE MISTERIO. LLUVIA MÁS FUERTE. PERROS LADRANDO AL FONDO.
NARRADOR
Ya al filo de las doce y media, cada cual tomo su rumbo en particular…incluido el hábil Noah Claypole que, escondido en un hueco de la escalera, lo había oído todo y ardía en deseos de impresionar al judío con sus nuevas.
jueves, 28 de julio de 2011 0 comentarios

Batalla en el Bosque Azul

Elly recorrió el camino de baldosas que iban de su casa hasta el invernáculo en el que cultivaba flores kukioste, una rara especie de flores grises, que los brujos y hechiceros usan mucho para sus pociones. Las baldosas estaban más cálidas que de costumbre. Sus pies, descalzos como siempre, se regocijaban de sentir un poco de calor. Cuando pasaba cerca del río, una vocecita la saludó desde la otra orilla.
-Buenos días Elly
La bruja entornó los ojos y siguió caminando sin responder. La niña era Ximena, hija de Punkyta Noise, la cazadora de monstruos que vivía al otro lado del río. Su vecina era una cazadora de monstruos. Una profesión cruel, según Elly, porque no todos los monstruos son malvados. Prueba de ello eran su antigua mascota, un dragón enano de nombre Jush y el fantasma del acantilado de Brisky, que no sólo era inofensivo sino muy cobarde. Pero Ximena era una niña adorable, aunque a Elly le costara admitirlo.
Las diferencias entre ella y la cazadora de monstruos le parecían irreconciliables, por eso hicieron un pacto de que ninguna de las dos cruzaría el río. Desde entonces vivían en paz, con cierta indiferencia, pero en paz. Elly daba asilo a los monstruos buenos, y Punkyta Noise daba asilo a las lechuzas que Elly ahuyentaba, porque a diferencia de la mayoría de las brujas, Elly odiaba las lechuzas y las ratas más que nada en el mundo.
Así que después de ignorar a Ximena como siempre, Elly se dispuso a trabajar con sus flores. Abrió la puerta y miró hacia atrás de reojo, Ximena seguía observándola desde la otra orilla. Resoplando entró en el invernáculo y dio un grito ahogado. Se sostuvo con ambas manos del dintel de la puerta. Sus flores estaban marchitas, ni una sola se había salvado. Caminó lento entre las kukioste.
-Mis pequeñas, mis niñas ¿quién fue capaz de hacerles esto?
De repente se enderezó, volvió el rostro a la niña que aun la observaba, gruñó y corrió en dirección a la puerta. Dos pasos después de haber cruzado el umbral, tropezó y fue a dar al piso. Ximena se rió del accidente, pero huyó cuando Elly le lanzó una amenazadora mirada desde el suelo.
Eso no iba a quedar así. Punkyta había roto el pacto, y ahora Elly podía clamar venganza. Nadie, absolutamente nadie podía meterse con sus flores.
Punkyta había tenido una noche muy larga, se la había pasado metida entre persecuciones y mounstros que asechaban en la oscuridad. Cansada, llegó a su casa y fue a ver a Ximena, que estaba profundamente dormida y a su lado estaba su fiel compañero, Tommy, el frech poddle que le había regalado en su último cumpleaños. Con una sonrisa de tranquilidad dibujada en su cara de cansancio, se metió en su cama y no despertó sino hasta bien entrada la mañana del siguiente día.
Punkyta se despertó con los chillidos de Tommy, que estaba junto a su cama dando vueltas como loco. Tommy estaba totalmente rapado, sus hermosos rizos cafés habían desaparecido. La cazadora de monstruos se sentó en la cama sorprendida y enojada. Ximena se acaba de despertar, entre bostezos y movimientos lentos se asomó por la puerta y vio a Tommy. Pegó un grito tan fuerte que llegó a la casa de la bruja, de cuya chimenea subía un humo negro muy espeso. Desde la ventana, madre e hija observaron en ese momento unas chispas extrañas que también salían de la chimenea con haciendo un ruido como de cadenas. Punkyta no dudó ni un segundo, miró a Tommy y pensó que eso era obra de Elly. Esto era la guerra. Nadie, absolutamente nadie se metía con Tommy sin recibir castigo.
La siguiente mañana Ximena no estaba en la orilla como de costumbre, estaba sentada en la puerta de su casa tratando de ponerle a Tommy un suéter. Elly sonrió para sus adentros. Cuando regresó a su casa, antes de abrir la puerta, oyó ruidos extraños dentro. Abrió lentamente, asomando primero un ojo y luego toda la cara. Palideció, sintió nauseas y gritó fuerte y agudo. Su casa estaba llena de ratas. Perdió el control y corrió hacia lo profundo del bosque. Tras de ella salieron también algunas ratas asustadas. Casi a media noche, regresó acompañada de un hombre alto de gabardina y sombrero negros, el científico loco que vivía cerca de ahí. Elly esperó afuera, mientras él entraba. Una luz rojiza salió por todas las ventanas y se apagó rápidamente. El hombre se retiró en silencio y Elly entró temerosa a su casa. Las ratas habían desaparecido, lo único que quedaba de ellas era el desastre que habían hecho por todos lados.
Eran demasiadas las cosas que daban vueltas y vueltas en la cabeza de Punkyta; así que para relajarse un poco, decidió ir a su guardarropa y ordenarlo. Era una cazadora de monstruos pero también era una mujer como todas. Comenzó por lo que más apreciaba , sus mallas. Tenía una colección que cualquier almacén podría envidiar. Las ordeno por colores y por texturas, las dobló con una refinada técnica para que no se maltrataran. Satisfecha con lo que había hecho y ya más tranquila, bajó a preparar la cena. Macarrones con queso fue el plato de esa noche. Después de cenar, la rutina de todos los días: acostó a Ximena y se preparó para salir a cazar monstruos; abrió su guardarropa y escogió cuidadosamente lo que usaría, y cuando se dirigió a buscar un par de mallas, vio toda su colección recién ordenada, tirada por todo el closet. Punkyta sintió que una vena en su cabeza le reventaría, su meticuloso orden… destruido. Corrió hacia la ventana y gritó con todas su fuerzas.
–Ya verás, bruja horrorosa, ya verás, esto no se va a quedar así.
Elly escuchó los gritos que venían del río, pero no les dio importancia. Se había asegurado de proteger el invernáculo y su casa con algunos hechizos, de modo que nadie podía entrar.
A la mañana siguiente, salió para continuar el trabajo con sus preciadas flores, salió bailando y cantando. No llegó muy lejos, todo el camino de baldosas estaba lleno de fango pantanoso. Elly resbaló y patinó unos cuatro metros. Verde, viscoso y resbaladizo, el fango provenía sin duda del pantano al otro lado del río y ahora cubría el camino, el jardín y toda la túnica de Elly, que justo ese día había decidido usar una amarilla. La bruja decidió que era hora de darle una lección a Punkyta Noise. Lanzó una mirada maliciosa en dirección al río y pronunció unas palabras incomprensibles.
A pesar de lo que estaba pasando, Punkyta trataba de estar tranquila, así que decidió ir al campo con Ximena y Tommy. Ximena, como cualquier niña de 3 años, curiosa y juguetona, llevó su pequeño triciclo morado, su juguete más preciado, ya que le había pertenecido a su mamá también. Al subirse, Ximena sintió que algo andaba medio raro, pero no lo tomó en cuenta, comenzó a pedalear. El triciclo se tambaleaba un poco y de pronto, ¡Zaz! El triciclo se desmoronó. Ximena cayó al suelo, raspándose sus pequeñas rodillas. Punkyta corrió a su auxilió. Una risa se escucho entre las sombras del Bosque Azul, –Maldita bruja– pensó. Punkyta llegó a casa, sedienta de venganza, ya que Ximena era lo más sagrado que tenía en la vida.
Punkyta decidió ir a la casa de la bruja y confrontarla, Ximena la detuvo, le pidió que pensará las cosas. Tal vez no había sido ella, tal vez era un mal entendido, tal vez… Punkyta, no escuchó a Ximena y salió presurosa de su casa. Ximena corrió para detener a su mamá, pero tropezó, en eso pudo notar algo extraño en la orilla del río, era un pequeño duende, de aspecto sospechoso y muy atento a lo que estaba pasando. El duende no cabía de felicidad, jugaba un tornillo morado en la mano. Una sonrisa ocupaba su deforme y begurroso rostro. ¿Será este el causante de todo lo que pasa?, se preguntó Ximena. Se levantó y corrió para alcanzar a su mamá.
Punkyta ya estaba a punto de cruzar el río y Elly la esperaba también en la orilla del mismo. La caza monstruos tenía un arma en la mano, parecía un trompeta combinada con una pistola de agua, pero no parecía un juguete en absoluto. La bruja sostenía una rama seca de punta brillosa.
-¡Bruja infeliz! ¡Cómo te atreviste! ¡Nadie toca a mi hija!
-¿Tu hija? Yo no le hice nada a tu hija, tú rompiste nuestro pacto y destruiste mis flores.
-Tú rompiste nuestro pacto primero, atacaste a Tommy, y podría pasarte hasta lo de mis mallas, pero te vas a arrepentir por meterte con Ximena.
Las dos se prepararon. Punkyta se echó el arma al hombro y Elly levantó la ramita.
-¡Alto! –gritó Ximena detrás de Punkyta-. Ella no fue mamá, mira.
Ximena señalaba hacia el duende que todavía reía y jugaba con el tornillo. Entonces Elly notó algo que sólo ella podía notar, el duende tenía un color ligeramente opaco, eso le sucedía a los duendes cuando comían flores grises. Las dos mujeres se miraron avergonzadas, se llenaron de ira contra su enemigo común y contando hasta tres lo atacaron al mismo tiempo. El duende apenas se libró del rayo que lo atacaba. Trató de correr pero Tommy, que se había ido acercando muy lento, lo mordió de una pierna y lo arrastró hasta donde estaba Punkyta.
-No hay nada peor en este mundo que los duendes.
-Son peores que las ratas y las lechuzas –dijo Elly desde la otra orilla.- ¡Te comiste mis flores pequeño mequetrefe!
-Así que tú desarmaste el triciclo ¿Tú que dices bruja? Podemos matarlo o…
-¡Mamá!
-¿Qué tal si lo mandamos al desierto? Allá donde pones a todos los monstruos sentenciados.
Con muy novedosos artefactos, Punkyta logró encapsular al duende y Elly utilizó un hechizo para transportarlo. Todos saben que los duendes se debilitan lejos de los árboles y el agua y que perdidos en medio del desierto, como lo estaría él, nunca podrían salir de ahí salvo que alguien se compadeciera de ellos. Pero nadie iba a hacerlo, nadie compasivo cruzaba jamás ese desierto.
Más tranquilas, Elly y Punkyta se encontraron en el puente y se estrecharon las manos. El pacto volvió a tener vigencia e incluso se estableció una cierta amabilidad de ambas partes. Ya se habían despedido cuando Elly se detuvo.
-¡Punkyta! –le gritó desde su orilla.- Ten cuidado cuando entres a tu casa, puse un hechizo que hará que te caigan algas de río. Entra por atrás, mañana habrá desaparecido.
Punkyta y Ximena pusieron cara de asco y luego rieron. Tal vez el incidente podría ser el principio de una alianza.

En colaboración con Cristina Salgado
domingo, 24 de julio de 2011 0 comentarios

Sigue las instrucciones.

Empezamos, aunque no cualquiera es bienvenido.
Una puerta. Mi sillón al frente. Da tres pasos y estás ya en el centro de este mi asteroide. Y empezamos; a la izquierda: una ventana, mi tocador y fotografías. Al frente: Mi cama. Mi buró. Libros. Una lámpara. A la derecha: La cuna de Ximena y su buró. Juguetes y la puerta del baño. Detrás de ti: dos puertas; en la puerta número uno está el closet, puedes encontrar mi ropa; bufandas, t-shirts, jeans, suéteres, blusas, faldas, vestidos. Dejas de curiosear y abres la puerta número dos: Ropa de Ximena, cobijas y calcetas. Mis collares en estantes, bolsas de mano, más jeans y más bufandas, anillos en cajitas, aretes y demás en otra caja.
Los secretos viven aquí, los sueños brincan en mi cama y el amor comparte la cuna con Ximena.
Gira a la derecha y da seis pasos, después gira a la izquierda, ahí esta la puerta.
El tour ya terminó.
martes, 19 de julio de 2011 0 comentarios

Ya viene Navidad

-Los planes han cambiado. Aún no sabemos que tiene, y a decir verdad, la veo muy deprimida.
Eso le dijo mi mamá a mi tía, eso fue todo lo que pude escuchar. Volví a quedarme dormida, pero no en su totalidad, en realidad dormitaba, escuchaba todo el movimiento que había en mi casa, como bajaban maletas y abrían cortinas, pensaba que, me gustaría estar ahí con ellos, como siempre, hacer reír a mi hermana con mis tontas ocurrencias o que mi mamá me diga que debo de poner las cosas en su lugar, o estar con mi papá cuando ve televisión, deseaba tanto estar ahí, y más que nada, poder jugar con mi hija, levantarla y verla sonreír, corretearla cuando está en su andadera y recorre la casa como si fuera una pista de coches de carreras, deseaba tanto eso, y pensar que quiza nunca más podría hacer eso era como sentir una caída en el vacio, de esas que tenemos a veces en los sueños, donde no hay nadie ques no pueda detener, así me sentí.
Pasaba los días entrando y saliendo de consultorios médicos, una y otra vez, esperando aquella respuesta a todas mis preguntas, esa respuesta que literalmente me dejaría vivir. Recuerdo que cada vez que entraba por la puerta de esos fríos consultorios, deseaba con toda mi alma que esa fuera la última visita al doctor, pero no era así, nunca me podían decir que tenía, siempre al ver mi gran portafolio,porque eso era, de estudios me decían: “No puedo hacer un diagnóstico, ya que presentas sintomas que son muy generales en algunas enfermedades y otros que son muy particulares en otras”. ¡Carajo!, pensaba. Y siempre era lo mismo, únicamente me daban una orden para otro estudio raro y el recibo de honorarios.
Llegaba a mi casa exhausta, tanto como física como mentalmente. Aún conservo algunas marcas de donde me sacaron sangre, ya que el pulso de esas enfermeras era peor que el de un maraquero y su tino tan horrible como un ciego tratando de acertar al blanco.
Las cosas se ponína muy tensas en casa, mis padres estaban cansados también y no era de soprenderse, ya que se que como padres al tener a uno de tus hijos enfermos te causa una de las mayores preocupaciones que puede haber en la vida, y ahora sumarle el hecho de que no sabes que tiene tu hijo. Era una pesadilla, pareciera ser sido sacado de alguna serie de hospitales, pero en esta historia, el escritor era tan bueno que mantenía el suspenso, el cual a mi parecer, se prolongó mucho tiempo. El dinero empezaba a terminarse, ya que ir los doctores hoy en día te sale muy caro, y de los los estudios ni hablar, pero lo peor de todo, era que la Navidad se acercaba, y es que el año pasado pasamos una Navidad muy estresante ya que había nacido mi hija, aunque el nacimiento de un nuevo ser, es algo extraordinario, puede ser también algo muy desgastante, y todos en casa habiamos deseado que el próximo año tuvieramos una Navidad “normal”, dentro de lo común y tradiconal. Y para rematar, yo sin saber que tenía.
Tantas cosas tenía en mi cabeza que no me alcanzaba ni el día ni la noche para pensarlas, me destrozaba el hecho de pensar que tal vez iba a ser mi última Navidad, o que no podríamos tener una Navidad como tanto la habiamos deseado, con ponche, regalos, una rica cena preparada por mis tías, mi abuelita y mi mamá, todos reunidos, felices, celebrando todo y a la vez nada, o peor aún, que sería mi última navidad con mi pequeña. Era muy desgastante, en verdad.
Me volví muy hóstil, muy insensible y muy frágil a la vez. No podía entender porque me estaba pasando eso a mi. ¿Por qué no pudo ser cuando mi hija estuviera más grande? ¿Por qué no pudo ser antes cuando era más pequeña y no pudiera recordar nada?, ¿Por qué ahora?, ¿Por qué?.
El 22 de Diciembre llegó y con el la respuesta que desataría mis miedos más ocultos y más celosamente guardados…
0 comentarios

Vuelo 7

Me encontraba en la sala de espera del aeropuerto. Recuerdo que mis manos sudaban mucho. Miraba una y otra vez el reloj de mi móvil, 8.45 pm, era la hora que marcaba. Miré por los grandes ventanales y vi la nieve empezar a caer.
-¿Por qué tarda tanto?, me pregunté.
El vuelo llegaría a las 8:30 pm, y con el, Roberto.
Roberto era un amigo que conocía desde preparatoria. Siempre fuimos amigos, sí, amigos...Tenía ya 10 años que no lo veía. Él se fue a Berlín a estudiar Diseño Gráfico y yo me quedé en Barcelona a estudiar Diseño de Modas. Aunque, realmente nunca perdimos el contacto, nos escribiamos casi todos los días. Ya fuera entre almacenes de telas y esas estresantes desveladas para terminar un diseño, en las que le escribía. Contandole cada acontecimiento que a los ojos de cualquier mortal no tenía nada de relevante, digo, a casi nadie le interesaría saber sobre el nuevo almacén de telas importadas de Paris que encontré en el centro, o tal vez el que mi pequeña maltes, Rolie, haya tenido cachorritos; pero a él si le importaba, podía percibir su peculiar interés en la respuesta a mis correos.
Amores y desamores, penas y alegrías; todo le contaba a Roberto. No habría nada que no le contará.
Rercuero haber recibido tanto apoyo de parte de él cuando encontré a mi ex novio Samuel con mi "mejor amiga" en la cama de mi departamento, recuerdo que lo primero que hice fue salir de ahí y dirigirme al café que se encontraba en la esquina, pedí un expresso doble y abrí mi computadora, y con mis ojos llenos de lágrimas le escribí a Roberto, pero no en manera de venganza a Samuel, no, sino necesitaba desahogarme con alguien y él fue en la primera persona con la que pensé hacerlo.
Aunque muchos no puedan entenderlo, él siempre estuvo ahí. Nunca faltaron sus palabras de aliento que eran como rayos de luz en mis días más grises, ni tampoco sus buenos deseos cuando le contaba de mis éxitos en este difícil mundo de la moda, en donde todo se deja llevar por una red de corrupción e intereses.
Me parece increible la forma en que creas una especie de relación a distancia, en la que como él me dijo una vez, no nos podemos tocar las manos, pero si el alma, ¿y saben? él tiene mucha razón...
En escencia, él siempre ha estado ahí y yo también, viendo de manera "distante" los acontecimientos y experiencias de la vida diaria de ambos, pero participando de igual manera.
Me atrevo a decir que de todas las personas que conozco, él es quien me conoce más, puede darse cuenta cuando tuve un mal día o cuando me fue bien, sin necesidad de decirselo. Si, es extraño, lo sé, pero así son las cosas y me alegro de que sean así.
Hoy, después de 10 años, nos volveremos a ver. ¿Y saben? Estoy muy nerviosa, mis manos son un mar de sudor, bueno, no tan literalmente. Mis piernas me tiemblan. Por mi mente pasean muchas preguntas, como "¿Y ahora que?", "¿Me veo bien?", "¿Querrá ir a cenar?"...
Veo a todos lados, buscandolo, tratando de encajar la imagen de sus fotográfias con la imagen de alguna de las personas que pasan apresuradas y también algo desorientadas en la sala de espera del aeropuerto.
Como diría mi abuela, "Soy un manojo de nervios", en realidad nunca he comprendido en su totalidad esa expresión, pero hoy, me describe perfectamente...
Levanto la mirada y ahí esta enfrente de mi. Sonriéndome.
-¡Hola Alicia!.
-¡Hola Roberto!.
Me levanto y lo abrazo muy fuerte. Un silencio incómodo se escucha entre nosotros.
-Estoy nervioso, ¿sabes?, me dice.
-¿Sí?, le respondí.
Una risa de nervios se apodera de mi, y le digo -Que curioso, yo también.
-¿Quieres ir a cenar?, me pregunta.
-Sí, claro.
-¿Vamos por una pizza?.
-Pizza será, le respondí.
Sin esperarlo, Roberto toma mi mano, me da un beso en la frente y me dice...
-Ahora si, podemos tocarnos las manos.
 
;