CAMPO ABIERTO. NOCHE.
PONCHO: ¡Estoy hasta su puta madre!, ya
quiero llegar a dormir. Siento que mis pies me van a reventar, no mames cabrón.
Todo el pinche día esperando a que los pendejetes esos de la tienda se
descuidaran. Pero bueno, ya logramos chingarnos todo lo que deseamos. Y ahora
si, a dormir como Dios manda.
OCTAVIO: Ya deja de estar de maricon y para
de quejarte, pinche puto. ¿Tu crees que estoy en un lecho de rosas? No mames,
estuve el mismo tiempo que tu, ahí haciéndome pendejo, esperando hasta que
cerraran su changarro los pinches viejitos esos. Y pues así nos toco vivir,
pues ni pedo. Hay que chambearle, porque el alcohol, las tachas y el ácido no
se pagan solos.
PONCHO: Como te gusta estarme chingando la
madre, pero pues si, tienes razón. Ni pedo. Lo bueno es ya falta poco para
llegar a la casa y que mañana no tendremos que ir a chambear, ya que aún queda
mucho lana del día que asaltamos la caja de ahorros esa.
OCTAVIO: Si cabrón, lo bueno es que mañana
estaremos echados aquí todo el día. Y hablando de eso, ¿qué abra sido del Tuerto? ¿Si se lo abra cargado la tira?
Hay días que siento como que remordimiento…
PONCHO: ¿Y yo soy el maricon? Jajajaja no
mames. Eres un pinche puñete. Pues ya ni pedo, ya paso y si se lo llevo la tira
fue por pinche avaro y no querer dejar el dinero que se cayo al suelo. Así que
ese no es nuestro problema. Ya deja de pensar pendejadas.
OCTAVIO: Jajajaja eres un pendejo. Oye ¿ya
viste?. Hay luz en la casa, no mames, ¡la tira!, ya nos cargo la chingada.
SE AGACHAN DETRÁS DE UNOS ARBUSTOS.
OCTAVIO: ¿Y ahora? ¿Quién será? No mames, si
estamos en la mitad de la nada.
PONCHO: ¡Cállate! Parece que es un hombre.
OCTAVIO: ¿No será un policía?
PONCHO: No, no creo. Esto ni aparece en el
mapa.
OCTAVIO:¿No será el Tuerto?
PONCHO: No mames, pinche idiota. ¿Cómo va a
ser el Tuerto? Ese cabrón ha de estar
bien podrido tras las rejas. No digas chingaderas.
OCTAVIO: Pues es que no mames, ¿quién más
sabía de nuestra guarida? ¡Nadie! ¿Y si es su fantasma?
PONCHO: Como eres pendejo, no manches
pinche Octavio. Esas chingaderas no existen.
OCTAVIO: ¡Mira, mira! Está moviendo todo,
para mi que viene a buscar su dinero…
PONCHO: No te digo, ya cállate idiota. No
podemos arriesgarnos. Aquí nos quedamos a ver que pasa, no mames, tenemos todo
el dinero ahí, me lleva la chingada.
OCTAVIO: ¡Que se lleve todo lo que quiera,
sólo que no me lleve al infierno! Hay nanita, a eso si le saco.
OCTAVIO SE PONE A REZAR.
PONCHO: No mames pendejo, que no es el
chingado fantasma del Tuerto, ni
rezando vas a borrar todas las chingaderas que hemos hecho. Ya déjate de
mariconadas.
OCTAVIO: Pues yo no quiero me lleve. No
mames, tengo miedo Poncho.
PONCHO: ¡Mira! Es el Tuerto, no mames cabrón. Si nos ve nos va a partir la madre.
OCTAVIO: Pero, ¿cómo es posible?, no mames.
¿Se abra escapado?.
PONCHO: No mames, ese cabrón ya está más
mamado. Velo, de un golpe nos manda a la chingada.
OCTAVIO: Y ve, esta sacando unos bolsas,
para mi que ya encontró el dinero.
PONCHO: ¡No mames, nuestro dinero! Ahora si
Octavio, ya nos cargo la chingada. ¿Y nuestra deuda? No mames, el Gavilán nos va a mandar a desaparecer
sino le pagamos mañana.
OCTAVIO: Ya valimos pito, cabrón. Ese
pendejo ya se subió al coche y ya se llevo lo que pudo. Y estoy seguro que nos
va a volver a venir a buscar. Ya ves, te dije que nos retiráramos a tiempo,
cuando fue lo del Tuerto, pero ahí tu
de pinche necio.
PONCHO LE DA UN ZAPE A OCTAVIO.
PONCHO: No mames, estúpido. Ya valimos
madres. Ya nos cargo la cacuana. Ya valimos madres.
OCTAVIO: ¿Y ahora? ¿Qué hacemos?
PONCHO: ¿Sabes contar?
OCTAVIO: Si, ¿por qué?
PONCHO: Pues no cuentes conmigo, ahí te ves
pinche puto.
PONCHO SE SALE DE ESCENA.
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