Tener una fiesta de XV años era
de lo más esperado por muchas niñas del pueblo, pero nadie la deseaba tanto
como Rosita. Rosita era una niña de tan sólo 14 años, que en sólo tres meses
cumpliría 15 , pero ella era muy pobre para tener una fiesta de XV años. Vivía
en una casa de lamina y sus padres se ganaban la vida echando tortillas y
criando puercos. Rosita era la mayor de dos hermanas, no iba a la escuela, así
que pasaba sus días ayudando a su mamá con sus labores domesticas.
Pero eso no importaba tanto, ella
era feliz tan sólo soñando con bailar un vals, vistiendo un gran y esponjoso
vestido de quinceañera, con todas las miradas puestas sobre ella y con un gran
pastel cubierto de merengue. Total, soñar no cuesta nada.
Un lunes de plaza, Rosita
acompaño a su mamá a la ciudad más cercana de su pueblo a comprar comida para
la semana. Ella y su mamá caminaban en
el mercado entre los puestos de verduras y chiles secos, entre frutas y maíz,
siempre tratando de obtener el precio más bajo y una calidad aceptable. El día
pasó rápido, los pies le dolían mucho, así que en lo que esperaban el camión, Rosita
fue a comprar una refrescante agua de limón. Se sentó un rato en la fuente,
para sentir la brisa del aire. Y ahí fue cuando lo vio; en un aparador estaba
un hermoso vestido de quince años amarillo, era esponjoso y largo, con piedras
bordadas en él. Rosita se acercó al aparador y como si fueran un sueño, sintió
que flotaba hacia a él. Lo observó durante casi cinco minutos, estaba encantada
con el vestido, tanto que comenzó a imaginar su fiesta de quince años; ella
bailando un vals vistiendo ese hermosos vestido amarillo, tan brillante, tan
hermoso.
De repente, escucho a su mamá
hablándole:
–¡Con que aquí estas chamaquita!,
te dije que no te tardarás–.
Rosita despertó del trance en
el que se encontraba. Agarró sus bolsas del mandado y se fue con su mamá a la
parada del autobús. Estaba anonadada, no podía creerlo, era el vestido de sus
sueños, todo el camino de divagó e imaginó su fiesta de quince años.
–Hay niña, estás bien
distraída, ¿Qué tienes?– le dijo su mamá algo preocupada.
–Nada ma, no tengo nada, es
que vi un vestido de quince años y me gusto mucho…
Un nudo apareció en la
garganta de la mamá de Rosita, no sabía que responderle, ya que ella sabía que
nunca le podría ofrecerle un vestido así y mucho menos una fiesta de quince
años.
–No te preocupes, yo te
entiendo– y le tomó la mano.
Los días pasaron y el
cumpleaños de Rosita se acercaba. Un día antes de su cumpleaños, Rosita se
despertó tarde, ya que su mamá no la había ido a despertar cuando era hora de
alimentar a los puercos.
–¿Dónde están mis papás?, le
preguntó a su hermana Andrea.
–Fueron a la ciudad, le
respondió nerviosa.
Rosita se extraño mucho, ya
que sus papás nunca iban a la ciudad entre semana y mucho menos descuidan sus
labores por salir. El día pasó muy lentamente. La noche comenzaba a caer y los
papás de Rosita no llegaban. Ella se inquietaba más y más, ya que nunca habían
tardado tanto y mucho menos sin dar aviso a que salían.
El cumpleaños de Rosita
llegó, no hubo vals, ni pastel, ni chambelanes y menos un vestido amarillo
esponjoso. Los días pasaban y no tenían noticias de ellos, hasta que una tarde
mientras Rosita alimentaba a los puercos, la vecina llegó con noticias de sus
padres.
–¡Rosita, Rosita!, le gritó
la vecina.
–¿Qué
pasa Doña Tencha? ¿Qué pasa?, Rosita sintió como un extraño frio recorría su
delgado cuerpo. Titubeando, se acerco a Doña Tencha.
–Mija,
creo que deberías escuchar esto.
Doña
Tencha desempolvo la vieja radio que se encontraba en la sala de la casa de
Rosita, torpemente trato de sintonizar la única estación que llegaba al pueblo.
Rosita y Andrea jalaron una silla y escucharon atentas.
–
El pasado viernes se encontraron los cuerpos de dos personas; una mujer de 54
años y un hombre de 60, los cuales fueron identificados como Guadalupe
Gonzales y Arnulfo López. Fueron hallados en la barranca del Ahuahuete; ambos
presentan impactos de bala en casi todo su cuerpo. El cuerpo de la mujer tenía
curiosamente abrazado fuertemente una caja, en la cual se encontraba un vestido
amarillo de quince años.
0 comentarios:
Publicar un comentario