No, Ximena no va a tener un hermanito o hermanita, ni mucho menos me volveré hacia el camino del bien y aceptaré al Ñor como ustedes siempre lo han querido; ni tampoco les escribo para decirles que estos cinco años me bebí e inhale todo el dinero que me dieron mientras estudiaba en la Universidad. Menos aún, les diré que conocí a un suizo y me casaré con él. No, sólo es una simple necesidad de platicarles lo que es de mi vida después de mi clase de Técnicas Narrativas.
Sé que generalmente nunca les cuento nada de lo que hago y mucho menos sobre las cosas que escribo, pero dada la ocasión y por su tranquilidad al pensar que hacen una buena inversión al apoyarme con mi diplomado, les contaré algunas cosas.
Así como en la vida, las historias tienen tres partes; como por ejemplo, como cuando Tommy creía ser un semental y trataba de engendrar en todo lo que le fuera posible (antecedentes), cuando embarazó a Molly y esta tuvo cuatro cachorros, los cuales eran un gran problema, ya que nuestro patio era un campo minado con material radiactivo las 24 horas del día (nudo) y finalmente cuando al pobre Tommy le quitaron su hombría y lo dejaron drilo de por vida (descenlace).
También entendí porque siempre me hacen esas cinco preguntas, las cuales me pican constantemente la vesícula cuando quiero salir a algún lado; ¿Qué? ¿Quién?, ¿Cuando?, ¿Donde?, ¿Por qué?... Ya que estás preguntas, tanto como a los escritores, como a nosotros los padres, nos ayudan a armar la espinal dorsal de una historia; en nuestro caso como papás, los juicios y conjeturas de porque nuestro pequeño o pequeña deja por unos instantes la tranquilidad y seguridad del hogar.
Aprendí que cualquier cosa que no tenga clímax, vale madres. Ahora entiendo a la tía Alicia cuando se quejaba de mi tío Toño… Y que el clímax, se puede entender como el conflicto también…
Hay pobre tía Alicia, si que sufría.
Puedo decir también que mamá siempre tuvo en razón, en eso de que a nuestros hijos al derecho al revés conocemos; ya que los personajes de las historias son como los hijos de los escritores; ellos saben todo sobre sus personajes, de esta manera sabrán con que desayuno en la cama les gustaría despertar, que nunca se atreverían a hacer o decir, por que son lo que son…
Por eso siempre despierto con enfrijoladas para desayunar. Gracias mami, por conocerme tanto.
Así como también, confirmo lo que mi abuelo decía siempre sobre lo importante que es saber repartir los papeles actorales en nuestra puesta en escena, mejor conocida como la vida misma; ya que en esta encontramos todo tipo de personajes; primarios, secundarios; protagonistas y antagonistas; estereotipos, arquetipos y prototipos… Pero al final de cuentas, nosotros decidimos si queremos ser el personaje principal de esta o mejor aún el escritor de nuestra propia historia. Y aunque a veces pareciera ser que soy una simple espectadora del publico, trato siempre de conservar ese rol.
Y como toda historia tiene su tiempo y su espacio, está carta llega a su fin, ya que es muy tarde y se que mañana el reloj biológico de Ximena madrugará, como siempre, así que debo irme a dormir.
Gracias por regalarme este lienzo en blanco, al cual llamo vida y estos lápices, que hoy llamo amor, paciencia, dedicación, imaginación, conocimiento y esfuerzo, con los que hoy escribo el desarrollo de mi historia, y que espero algún día cerrar con un lindo final feliz.
Los quiero.
Con amor,
Mariel.
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